¿Tengo derecho a momentos de felicidad durante mi duelo?. Por Lina Dominguez

Por: Lina Tatiana Domínguez G
Psicologa, Coach Ontológica, Especialista en RRHH. 11 de Julio de 2022
coach.linadominguez@gmail.com

Desde que nacemos, todos los seres humanos tenemos la capacidad de sentir emociones y aunque recibimos poca educación emocional en nuestra familia, el colegio o la universidad, esta es primordial para desarrollar nuestra inteligencia emocional al aprender a entender, acoger, aceptar y gestionar nuestras emociones.

Al encontrar que hay investigaciones que hablan de que una persona puede llegar a tener hasta 173 emociones en un día, quedo en modo reflexivo y me pregunto: ¿Qué tanto voy en piloto automático que no siento tantas emociones?

Por esta razón, me propuse observar lo que siento y me pasa cada día, lo que me ha permitido autoconocerme mejor. Recomiendo hacer este ejercicio, pues el hacerlo diariamente me ha traído mucho bienestar a mi vida.

Cada emoción cumple con un rol en nuestra vida, así como cada órgano de nuestro cuerpo realiza independientemente la función que le corresponde. Podemos respirar y comer al mismo tiempo, sin que esto genere conflicto alguno. La emoción de la alegría, por ejemplo, nos lleva a sentir felicidad y puede convivir simultáneamente con otras emociones del duelo como son la tristeza, el enojo, el miedo, la soledad, la frustración o la culpa.

Tenemos derecho a sentir momentos de felicidad en el duelo, es inevitable. Estamos vivos y cada día es un regalo.

Por medio del lenguaje corporal expresamos lo que nos pasa y las emociones se expresan de manera diferente, dependiendo de nuestra historia, personalidad y recursos propios. Por ello, unas personas, cuando se sienten alegres, no dejan de sonreir y se ven iluminadas y otras, no paran de llorar, por sentirse agradecidas.

La realidad humana es que no permanecemos eternamente en momentos de felicidad, porque la vida trae muchas circunstancias y pruebas que nos llevan a lugares , personas y situaciones diferentes, algunas muy gratas y llenas de bienestar y otras un tanto incómodas o dolorosas, pero no menos profundas porque traen grandes aprendizajes.

Nos han dicho mucho que el secreto de la vida está en cómo afrontamos las situaciones que nos llegan de forma inesperada, de educarnos para enfocarnos en el presente para construir lo que queremos vivir y en caso de no poderlo hacer solos, buscar ayuda en nuestra red de apoyo o incluso por medio de un acompañamiento profesional que nos permitan de nuevo ver la luz, orientarnos y avanzar hacia donde deseamos.

Nuestro reloj biológico va marcando el tiempo que nos queda en este plano terrenal. La vida no se detiene y estoy convencida de que nos rodean fuentes de energía e inspiración que nos nutren de vitalidad.

Nuestra responsabilidad al estar vivos y en un proceso de duelo, es elaborarlo de forma sana, cuidando nuestro propio desarrollo, disfrute de la vida e ilusión en el futuro.

Para concluir les dejo una frase de Marian Rojas:

“La felicidad consiste en tener una vida lograda, donde intentamos sacar el mejor partido a nuestros valores y a nuestras aptitudes. La felicidad es hacer una pequeña obra de arte con la vida, esforzándonos cada día por sacar nuestra mejor versión.”