Rituales para honrar a nuestros seres queridos fallecidos. Por: Lina Domínguez

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Los rituales han sido en mi vida momentos mágicos, pues, a través de ellos, me permito conectarme, escucharme y enfocarme con una intención profunda. Creo firmemente en ellos y por esto quisiera compartir cómo podemos aplicarlos para honrar a nuestros seres amados que partieron de este plano terrenal.

Antes, me permito hacer una rápida e ilustrativa diferenciación entre hábito, rito y ritual, para que podamos hablar el mismo idioma.

El hábito es una práctica que hacemos sin conciencia porque funciona, es automática e interiorizada en nosotros.

El rito es aquel acto que tiene ciertas reglas y va paso a paso demarcando hacia donde ir y orientando la forma de hacerlo.

El ritual es el que le da vida a este rito. Es el momento en que se juntan para honrar la vida. El ritual es el iniciador de la conciencia y requiere atención y presencia nuestra.

Soy una convencida de que todos nosotros tenemos el poder de ser maestros de ceremonia de los rituales de nuestra vida, no solo porque reconocemos lo que valoramos y nos importa, sino porque podemos diseñar la forma en que queremos que suceda ese ritual con nuestro toque, preguntándonos el por qué y para qué lo llevamos a cabo.

Estos rituales hacia nuestros seres amados, los llevamos a cabo dependiendo de la cultura, país, creencias, religión y lo que hayamos aprendido. Nos ayudan a gestionar el gran dolor que nos causa una pérdida y, de manera grupal, a apoyarnos unos a otros en este tránsito cuando nuestro ser querido fallece y así reconocer que ya no está. Los rituales están llenos de acciones simbólicas y por ello, entre más personalizados sean, mayor impacto tendrá en nuestro bienestar.

Por ello, no solo realizo rituales en diferentes aspectos de mi vida, sino que recomiendo ampliamente crear nuestros propios rituales que nos conecten con lo que sigue siendo importante en nuestra vida. Cuando al ritual le ponemos nuestra intención con intensidad, se vuelve muy terapéutico y, en muchos casos, nos trae mucho bienestar y nos ayuda a lidiar con momentos difíciles. Ahora, como yo les digo a quienes me preguntan, es mejor vivirlo que contarlo, porque hay cosas que no se pueden experimentar sino es a través de nuestra espiritualidad, alma y corazón.

Pero sí puedo compartir desde mi experiencia que tener rituales personales para honrar a nuestros seres amados, facilitan el duelo y es muy sanador. Los rituales pueden llevarse de manera individual o grupal, ambos son muy poderosos. Sin embargo, cuando estamos con más personas unidas desde una misma intención y el amor nos deja recargados, es algo indescriptible.

«El tener redes de contacto social está asociado con el bienestar, y se cree que los rituales -frecuentemente reuniones de grupo- son particularmente buenos en facilitar ese tipo de redes», afirma Valerie van Mulukom, psicóloga de la Universidad de Conventry, Reino Unido y coautora de un estudio sobre el efecto de rituales seculares en los lazos sociales.

Para finalizar, quisiera invitarte a crear un ritual para honrar a tu ser querido que te permita explorar de forma creativa, conectar y honrarlo con una intención clara y definida. Tú decides la forma, modo y lugar. Solo piensa en tu ser querido e inspírate. Es otra forma de conectarte desde otro lugar profundo con el amor que profesamos al ser amado que ya no está.

“Un rito es lo que hace que un día no se parezca a otro día y que una hora sea diferente a otra”, dijo el zorro 🦊 al Principito