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Desde
Argentina, nos comparte Adriana Ferreira:
“Luego del suicidio de nuestra hija, mi esposo y yo vivimos duelos muy
diferentes. Mientras yo estaba muy mal, triste y enojada; a él le tocó cargar
con su dolor y el mío. Años después, cuando comprendí que lo que había sucedido
no lo podía cambiar, pude dejar mi ego y volver a encontrar la manera de
reconstruir nuestra vida, apostando a que el amor por nuestra hija nunca murió,
sino que vivía en el amor que nosotros nos seguíamos dando…, Ya cumplimos 24
años juntos”
Un bello testimonio de
que el amor es paciente y su infinita energía puede trasformar para siempre
nuestras vidas llenándolas de sentido, y felicidad. Gracias Adriana por tu
bello y edificante testimonio.
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Desde Ecuador nos regala
este mensaje nuestra amadísima amiga Yolanda Benalcazar:
“Es menester
un acompañamiento para la pareja en proceso de duelo, con el fin de estar
unánimes al acordar que deben salir adelante juntos”
Gracias querida
amiga por hacer presencia en nuestro Boletín. Siempre tus palabras tienen el
inmenso valor de quien ha testimoniado con su vida la posibilidad de que más
allá de la circunstancias y de la magnitud del dolor, es posible no solo
trascenderlo sino aprender de él.
