El buzón del pechi, respuestas a tus preguntas

 

EL PECHI COMENTA:

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CoLeTeach Lt nos escribe
desde Bogotá:

“Un saludo
especial, querida familia de vida. Cuando mi mamita falleció, yo estaba al lado
de ella. Sinceramente pensé que no podría seguir, porque éramos ella y yo… Con
el tiempo, he aprendido a ver qué tanta resiliencia puedo tener, teniéndola a
ella como inspiración. En estos momentos vivo con mucha intensidad la “montaña
rusa”. Lo positivo ha sido precisamente la inspiración que ella representa para
mi, de vivir intensamente.”

Querida amiga, permítenos retornar tu
afectuoso saludo.

 

Cuando nuestra vida se ha desarrollado en
medio de un intenso apego hacia nuestro ser querido, sentimos que no podemos
seguir adelante al experimentar la inmensa ausencia que significa su muerte. El
mundo lo hemos centrado alrededor de esa persona y ahora el nuestro que giraba
en su entorno ha perdido el rumbo. Con el tiempo, y en especial con el trabajo
que realicemos dentro de ese tiempo, vamos convirtiendo ese vacío en reto, y
como bien lo afirmas, empezamos a vislumbrar que estamos fortaleciendo una
actitud que nos permitirá recomponer nuestro ser integral. A esa vivencia la llamamos
resiliencia. Esta se fortalece cuando tenemos como norte un referente, un
ideal, o como bien dices, una inspiración.

 

Entonces, “la montaña rusa” echa a andar y ya
no es posible detenerla…, todo nuestro cuerpo está trabajando para que logremos
el equilibrio inicial. Es un trabajo que se realiza en medio del caos que nos
generó el dolor. Por tal razón, algunas veces nos sentimos profundamente
tristes y desconcertados y otras, extrañamente serenos o incluso eufóricos. Así
nos lo compartes, la inspiración que tu querida madre representa para ti, hace
que toda esta experiencia la interpretes como algo positivo que se está gestando
de manera íntima e integral en tu vida.

 

Ese es un gran indicio de que tu trabajo de
duelo está adquiriendo cada día mayor sentido. Ten presente que no se trata
solamente de lograr resiliencia, es decir de conseguir que todo lo que somos se
mantenga en sus justas dimensiones. De lo que se trata además es de crecer, de
aceptar un nuevo reto: “Ser mejor que antes”. Eso significa que hemos aceptado
el legado de nuestro ser querido, para darle fuerza y vida desde lo profundo de
nuestra mente y nuestro corazón, con el objetivo de “Ser más para servir
mejor”.

 

Lo más hermoso de toda esta vivencia, es que
desde el mismo momento que recibimos con gratitud el regalo de su legado, le
dijimos “sí, a la vida, y a la posibilidad cierta de encontrarle un nuevo
sentido”. Esto ya nos hizo mejores seres humanos. Muchas gracias por tu valioso
comentario. Recibe un gran abrazo de nuestra parte.

 

EL PECHI

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