Por: Jennifer M. Pérez Rivera, PhD
La cultura latinoamericana se caracteriza por su jovialidad y cercanía. Durante los días festivos, no es la excepción. Algunas de las festividades que se celebran en América Latina son: el día de los muertos, acción de gracias, la navidad y el año nuevo. Las fiestas se enmarcan en un ambiente de alegría, unión y familiaridad. Sin embargo, pueden ser fechas complejas para las personas que han perdido un ser querido. Para estos, pueden ser momentos de tristeza, añoranza y, en algunos casos, de culpa y coraje.
Las festividades tienen la función de celebrar algún suceso especial. Esto es una forma de perpetuar aquello que es importante para la sociedad donde se celebra. A través de estos actos se reconoce el rol y la aportación cultural de algo. Pueden ser la oportunidad de celebrar diversos sucesos, como por ejemplo el día de los muertos. Durante esta festividad se celebra a las personas que ya trascendieron.
El día de los muertos, como otras festividades,son una oportunidad para celebrar y reconocer la vida de los difuntos. Poder celebrar al ser querido, es el resultado de la trascendencia en la relación con la persona fallecida. Sin embargo, lograr celebrar a nuestros difuntos, requiere de un proceso de duelo. Durante este, la persona puede estar en un momento donde no necesariamente ha logrado trascender en la relación. Puede encontrarse asimilando la muerte, lidiando con sus emociones o brindando un nuevo significado a la pérdida.
Lograr trascender en la relación con el ser querido es importante. Sin embargo, el duelista tiene que estar listo para ello. Para lograr esta trascendencia, la persona debe gestionar sus emociones y comprender el para qué de la pérdida. Mientras tanto, es natural que sienta tristeza, enojo, miedo, entre otras emociones. Durante este proceso, para la persona puede ser difícil lidiar con las festividades, por lo cual es importante identificar estrategias para afrontar estos días.
Primeramente, no debes sentirte obligado a celebrar a tus difuntos, aun cuando culturalmente sea válido. Aunque es importante y necesario lograr trascender en la relación con el difunto, esto sucederá en el momento que te encuentres listo. Poder reconocer si estás listo para ello, es una muestra de responsabilidad contigo mismo. Celebrar por presiones sociales, puede generar sentimientos de culpa o coraje y dificultar el proceso de duelo. Del mismo modo, se debe respetar a quienes se encuentran listos y celebran a sus difuntos. En estos momentos podemos recordarlos con amor y nostalgia.
Así mismo, se debe resaltar que el proceso de duelo es único para cada persona. Aún cuando se puede presentar de forma similar, se puede vivir de forma diferente. Las personas gestionan el duelo desde sus vivencias, significados y herramientas. Evita comparar tu proceso con el de otras personas. No te juzgues desde las vivencias de los otros. Tu duelo es tuyo y reconocerlo es un acto de compasión y amor propio.
Por otro lado, no sientas miedo de expresar tus verdaderas emociones. Para poder gestionarlas, se requiere que se reconozcan con consciencia y libertad. Así mismo, se debe evitar etiquetar las emociones como buenas o malas. Cada emoción tiene su función e importancia particular. Algunas formas saludables para expresar las emociones son: hablar, escribir, dibujar, cantar o practicar algún deporte.
Por último, no te aísles. Las festividades pueden resultar difíciles en estos momentos; sin embargo, no tienes que vivirlas aislado. Mantente en contacto con tus seres queridos y amigos. Rodéate de personas que te permitan expresar tus emociones sin juzgarte. Cuando te rodeas de personas que comprenden y validan tu proceso, te ayudan a gestionar la pérdida de forma saludable. Lograr gestionar las emociones y transformar la relación, permitirán resignificar la pérdida y poder celebrar la vida y legado del ser querido.
