Las señales de su presencia.

Editorial

Las 15 TAREAS del DUELO

El impacto emocional producido por una pérdida significativa, transforma nuestra vida para siempre. Si ponemos atención, durante este tiempo nos encontraremos más sensibles; tendremos que enfrentar emociones nuevas o, quizás, las mismas ya conocidas, pero ahora renovadas, dispuestas a mostrarnos un lado diferente al acostumbrado. 

Durante este proceso, es común que aquellos que han perdido a un ser querido, busquen señales de su presencia en su entorno. Estas señales pueden manifestarse de diversas maneras: desde un aroma que evoca recuerdos compartidos, hasta una sensación de calor reconfortante en momentos de soledad. La naturaleza misma parece ser un canal a través del cual nuestros seres queridos pueden comunicarse con nosotros. Un rayo de sol que ilumina nuestro camino en un día nublado, una suave brisa que acaricia nuestra mejilla cuando más lo necesitamos, o el canto de un pájaro que parece entonar la melodía de nuestros recuerdos más preciados.

Los sueños también se convierten en un terreno fértil para la conexión con nuestros seres amados que han partido. En el mundo onírico, las barreras del tiempo y el espacio se desvanecen, permitiendo encuentros y conversaciones que parecen tan reales como la vida misma. Estos sueños pueden traer consuelo, ofreciendo la oportunidad de despedirse, reconciliarse o simplemente compartir momentos de amor y complicidad una vez más.

Es importante recordar que estas señales, ya sean en la naturaleza o en nuestros sueños, pueden ser interpretadas como la presencia amorosa de nuestros seres queridos. Deberían traer consigo una sensación de paz y tranquilidad, recordándonos que el vínculo que compartimos con ellos, trasciende la dimensión física. Sin embargo, si estas señales generan angustia o ansiedad en lugar de consuelo, puede ser indicativo de que nuestro proceso de duelo necesita ser revisado.

A medida que avanzamos en nuestro camino de sanación, estas señales pueden perder fuerza, no porque la conexión con nuestros seres queridos se debilite, sino porque se arraigan más profundamente en nuestros corazones. Con el tiempo, aprendemos a llevar su presencia dentro de nosotros mismos, donde sus recuerdos y su amor se convierten en parte inseparable de nuestra propia identidad. Los lazos que nos unieron siguen presentes, ahora más fuertes y significativos que nunca.

El duelo es un viaje de transformación, un proceso en el que honramos y celebramos la vida de quienes hemos perdido, mientras aprendemos a encontrar un nuevo sentido de paz y aceptación en su ausencia. Las señales que encontramos a lo largo de este camino, son recordatorios amorosos de que, aunque nuestros seres queridos puedan haber partido físicamente, su amor y su presencia perduran en cada latido de nuestro corazón.

1 comentario en “Las señales de su presencia.”

  1. Cuando fue el primer aniversario de cumpleaños de mi hijo, conforme se acercaba la fecha los días para mí se iban tornando más dolorosos al tener que reconocer que él ya no estaba de la forma acostumbrada. Le pedí a Dios que trajera consuelo a mi corazón. Al levantarme ese día puse música cristiana en YouTube, y justo aparece una canción llamada Vuelvo a Casa… Al escucharla fue como si mi hijo me dijera: He regresado a la Casa del Padre. Estoy feliz, estoy en paz. Obviamente lloré a mares, pero a la vez se iba dibujando en mí una sonrisa, porque como toda madre que ama a sus hijos…yo quería que él fuera feliz, y eso fue una confirmación.
    Cuando el cumple de mi papá quien murió hace 7 meses, pedí lo mismo a Dios. Ese día soñé a mi padre y me colmó de besos y abrazos. Pude decirle cuánto lo amaba y extrañaba. Y pude escucharlo decirme lo mucho que me ama.

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