Valora el Presente Para que en el Duelo no Existan los Hubiera.

Por Niria Donis Valdés
Tanatóloga y acompañamiento del duelo.
@nanai._niria_matt
Acariciar con el corazón

Aunque generalmente no pensamos o no queremos pensar en eso, la pérdida es una constante en nuestra vida. Todos, en algún momento, nos enfrentamos al dolor de haber perdido algo o a alguien:

Perdemos a seres queridos, padres, abuelos, hijos, esposos, amigos, personas que eran importantes en nuestra vida.

Perdemos a alguna mascota, a ese tierno perrito que nos recibía con alegría cuando llegábamos a casa, o a ese gato que con sus ronroneos hacía de nuestra vida algo especial.

Perdemos el trabajo, enfrentándonos a la incertidumbre de no saber qué hacer, ni cómo pagar las cuentas.

Perdemos nuestra juventud día a día, cuando al vernos al espejo, descubrimos por primera vez esa cana que nos anuncia el deterioro físico de nuestro cuerpo.

Y así, podríamos decir que la vida es una constante pérdida y que, aunque duela, deberíamos prepararnos para eso.

No quiero decir con esto que tendríamos que estar siempre felices, o que no deberíamos expresar nuestras emociones ante el dolor del duelo, eso no. Me refiero a que deberíamos prepararnos día a día, viviendo nuestra vida al máximo, disfrutando cada segundo con esa persona a la que amamos, disfrutando de desayunar juntos, de abrazarlo y expresarle nuestro amor todos los días. De levantarnos con agradecimiento por tener lo que tenemos en este presente, disfrutando de poder salir a caminar o correr. Vivir en el aquí y el ahora sin distraernos de nuestra propia existencia.

La mayoría de las personas que he acompañado en su proceso de duelo, sufren más por aquello que no hicieron: “Es que, si le hubiera dicho que lo amaba”, “Es que, si hubiera jugado más con él” ,“Es que si me hubiera cuidado más”.

El duelo se hace más difícil por la culpa o el arrepentimiento de no haber disfrutado más de la compañía y el amor de ese familiar que hoy ya no está, o de la mascota que se ha ido o de no haber disfrutado más de nuestra existencia.

Entonces, te invito a vivir, te invito a valorar tu existencia disfrutando de lo que hoy sí tienes, de las personas que hoy sí están a tu lado. Y, si actualmente estás pasando por una pérdida, no te culpes, por el contrario, honra a esa persona que has perdido, viviendo, disfrutando de cada día, recordándola con amor, dedicándole una caminata en el parque, dedicándole la lectura de un buen libro, dedicándole una oración, haciendo la comida que a él más le gustaba. Y sobre todo, agradeciendo todos los buenos momentos, los hermosos recuerdos que te dejó, ese ser que hoy ya no está físicamente contigo, pero que permanecerá por siempre dentro de tu corazón.

Y por favor, vive. Vive, porque la vida siempre vale la pena, aun y con los duelos a los cuales todos nos enfrentamos cada día.

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